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“Arco” de Norbert Maria Kröll

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“Arco” de Norbert Maria Kröll


Los billetes revolotean en la catedral de San Esteban, los fajos de billetes se esconden junto a un puesto de salchichas y en las estanterías de “Meinl am Graben”. De esta manera, Marcus Maximilian Rudolph Friedrich Joseph Himmeltroff-Gütersloh aporta al pueblo una pequeña parte de su herencia de mil millones de dólares y lo llama un acontecimiento artístico. Él mismo renuncia a muchas cosas, como a la “M” de su nombre. Se hace llamar “Arcus”, y así se llama también la novela de Norbert Maria Kröll.

Kröll, un Villacher nacido en 1981 que vive en Mödling, cerca de Viena, ya ha publicado tres novelas: “Sanfter Asphalt” (2017), “Who We Would Be” (2020) y “The Curator” (2022). Cada uno de sus libros tenía algo que ver con Viena o el mundo del arte. Esta vez mezcla cuestiones de las exigencias socialmente críticas del arte con las de la injusta distribución de la propiedad. El punto de partida es un problema del que la heredera Marlene Engelhorn se deshizo recientemente de forma muy pública con una campaña de distribución de dinero que también tuvo algo de performance artística. Un “Buen Consejo para la Redistribución” formado por 50 ciudadanos distribuyó 25 millones de euros a 77 organizaciones.

Unos cuantos miles de millones “con setenta y cuatro céntimos…”

No está del todo claro cuánto tiene que distribuir Arcus. Lo que heredó el ahora más rico austriaco tras la trágica muerte de sus padres consistió principalmente en una gigantesca cartera de bienes raíces. De la riqueza que se puede expresar en números, cuya magnitud se le revela en el testamento que abre la novela, sólo aprendemos los lugares después del punto decimal: “y setenta y cuatro céntimos…”.

En general, eso es muy poco para cambiar el mundo desde la villa familiar, demasiado para prescindir de él o donarlo a organizaciones benéficas. Para el artista Arcus, totalmente reacio al lujo, se trata de dinero ficticio. Aún no tiene claro qué reglas quiere darle a este juego. Para él sólo una cosa es segura. Quiere ir con todo y arriesgarlo todo.

Mucho capital, poca elocuencia

El Consejo Ciudadano de Engelhorn se ha introducido en la novela por episodios, al igual que René Benko y destacados artistas que sonríen como comentaristas cuando Arcus, el proverbial desnudo de Hawelka, se basa más en las apariencias que en la realidad. Desafortunadamente, el autor dota a su personaje principal, extremadamente rico, de mucho capital, pero ni de mucha inteligencia ni de una elocuencia sobresaliente.

El supuesto artista de vanguardia no tiene conceptos artísticos verdaderamente innovadores que ofrecer y no puede expresar en palabras conmovedoras sus ideas de cuestionar radicalmente las jerarquías económicas y sociales convencionales. No es sólo el administrador de activos que reemplazó a su difunto padre el que se pregunta más de una vez: ¿Qué es lo que realmente quiere este loco rico, además de no ser más rico?

Al menos Kröll consigue mantener enganchados a los lectores. Porque al menos le gustaría saber de qué se trata la siniestra puerta secreta del sótano de la villa, por la que prueban los ladrones de cajas fuertes más expertos del país. Porque, sean ricos o pobres, la mayoría de los austriacos coinciden en su preferencia por los cadáveres en el sótano…

(Von Wolfgang Huber-Lang/APA)

Norbert Maria Kröll: “Arcus”, Kremayr & Scheriau, 256 páginas, 25 euros; norbertkroell.net



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