Dr. La vida responde:
Querida victoria,
Tu situación suena muy estresante y tus sentimientos son completamente comprensibles. Sabemos que la satisfacción en las relaciones fluctúa: después de una fase inicial a menudo muy feliz, disminuye, después de unos diez años llega a un punto bajo, pero luego a menudo vuelve a aumentar. Según un estudio, este nivel tan bajo se puede describir como un nivel de satisfacción del 77 por ciento. Las rupturas más comunes ocurren a un nivel prolongado del 65 por ciento (o menos). ¿Cómo evaluarías tu valor? Quizás deberías observar durante algún tiempo si permanece constante o cambia. Escribes que sientes que “tienes que” hacerlo. Esto significa que asumes mucha responsabilidad que podrías o deberías compartir con tu marido.
¿Hay algo que decir en contra de tener una conversación en la que dices que quieres el divorcio, en la que le preguntas a tu marido si tus suposiciones son correctas y cómo cree que será el matrimonio? Si luego llegan a la conclusión de que su tiempo juntos debería terminar, podrían decidirlo juntos. Con una decisión que tomen juntos, podrían crear una buena base para que esta transición sea lo más justa y placentera posible. Y uno a partir del cual luego podrás pensar detenidamente cómo debe realizarse la resolución y cómo quieres vivir tu paternidad en el futuro.
Las separaciones o divorcios siempre tienen algo de triste. Permítete darte espacio para aceptar esta tristeza. Obtenga soporte, p. B. de amigos y recuerde lo que le ayudó a salir de la crisis después del abuso de confianza, estas cosas pueden volver a serle útiles ahora. Cuando algo termina, a menudo hacemos balance. Si resultamos heridos, a menudo nuestra visión del pasado se nubla. Quizás en algún momento puedas ver las cosas buenas que tuviste y también guardar hermosos recuerdos.
En cuanto a su hijo, a menudo trabajamos con adultos que sufrieron el divorcio de sus padres cuando eran niños o adolescentes. Muchas veces por sentirse culpables o responsables, quedaron atrapados en el fuego cruzado, porque uno de los padres hablaba mal del otro y viceversa, o porque fueron utilizados como intermediario entre ambos. Por eso, puede ser importante para tu hijo que le digas que lo ames tal como es, que la separación no tiene absolutamente nada que ver con él y que lo mantengas al margen tanto como sea posible. Los niños o incluso los adolescentes relacionan muchas cosas consigo mismos, por eso será importante que su divorcio sea a nivel de pareja y que él no se vea obligado a tomar partido.
Durante esta fase difícil, puede resultarle útil imaginar situaciones desagradables que se avecinan de una manera que pueda funcionar de la forma más ideal posible. De la manera que quieres que sea (aunque pueda ser difícil). Podrías aplicar esto a las conversaciones con tu marido y con tu hijo. Podrías escribir escenarios para obtener más claridad sobre cómo estas conversaciones, la transición y la vida posterior podrían funcionar mejor para ti. Esto crea nuevas perspectivas y puede brindarle seguridad y orientación.