El miércoles por la mañana se produjo un dramático incidente en Frankenmarkt, cuando un portainjerto que pesaba alrededor de 4,5 toneladas se desprendió de una pendiente pronunciada y golpeó la pared exterior de un edificio residencial.
Durante el incidente, los dos propietarios de la vivienda, de 66 años, dormían y, afortunadamente, resultaron ilesos, pero quedaron parcialmente sepultados por trozos de mampostería y escombros.
Un shock para la pareja, pero sin lesiones físicas. A continuación, la autoridad local encargó a un geólogo que analizara la situación de riesgo. Determinó que otros tres portainjertos en la misma pendiente debían ser removidos por razones de seguridad.
Una empresa especial, apoyada por los bomberos y una empresa de transporte, llevó a cabo la recuperación de los rizomas. Los trabajos finalizaron el mismo día sin incidentes.