La economía austriaca crecerá más débil de lo esperado el próximo año, como lo muestran las previsiones de WIFO e IHS (ver a la derecha). El futuro secretario general de la Cámara de Comercio, Wolfgang Hattmannsdorfer, habla de un tercer año de recesión industrial. Insiste en “medidas estructurales” para asegurar a Austria como lugar de negocios.
“No lo conseguiremos sin un compromiso claro con una política de localización competitiva y una ambición incondicional”, afirma Hattmannsdorfer al KURIER. Según el ranking IMD de competitividad internacional, Austria ha perdido siete puestos desde 2019 y ahora sólo ocupa el puesto 26.
Hattmannsdorfer es el principal negociador del ÖVP en el grupo económico. Además de la cuestión de la reestructuración presupuestaria, aquí es donde residen los mayores puntos de discordia.
El ÖVP y Neos abogan, entre otras cosas, por una reducción de los costes laborales no salariales y del impuesto de sociedades, el SPÖ más bien al contrario, y por impuestos relacionados con el patrimonio. También para rehabilitar el presupuesto. “La consolidación por sí sola no será suficiente; tenemos que crear margen para impulsar el motor económico”, afirma Hattmannsdorfer. Desde su punto de vista, los costes energéticos, los costes laborales unitarios, los impuestos y tasas y la burocracia son demasiado elevados. El periódico de Alta Austria advierte: “No debemos restar importancia a los desafíos, porque la crisis económica puede convertirse rápidamente en un declive industrial”.