Los franceses conocen a Michel Barnier como un hombre orgulloso y un mediador formidable. Este saboyano, de 73 años, fue frecuentemente ministro a lo largo de su larga carrera política. Y para Bruselas negoció la implementación del Brexit, lo que no fue exactamente un paseo por el parque. Pero su papel más reciente, el de Primer Ministro de su país, que era también el más importante hasta la fecha, resultó objetivamente demasiado difícil. Uno misión imposible.