“Los soldados se enfrentan a hasta cinco años de prisión. Ninguno de los sospechosos se declaró culpable”, afirmó L. Vavžyniakas.
El verano pasado, cerca de la ciudad de Szczecin, en el noroeste de Polonia, se suponía que los soldados descargarían un tren que transportaba equipo militar para entregarlo en un almacén, pero no terminaron su trabajo.
En el vagón, que se adentró profundamente en Polonia, quedaron cajas con cientos de minas.
Según el fiscal, cuando se aceptó la carga, se contó incorrectamente, por lo que la deficiencia se hizo evidente apenas unos días después.
Las minas fueron encontradas el 16 de julio en un almacén de IKEA Industry Orla, según la presidenta de la empresa, Malgorzata Dobies-Turulska. Ese mismo día, la policía militar se llevó las cajas.
El ministro polaco de Defensa, Vladislav Kosiniak-Kamysh (Wladyslaw Kosiniak-Kamysh), aseguró que tras el incidente se tomaron todas las medidas necesarias para evitar que vuelva a ocurrir.
El 9 de enero, el Ministerio de Defensa Nacional anunció el despido del jefe de la Inspección de Apoyo a las Fuerzas Armadas, el general de división Artur Kiępczyński.
No se han dado los motivos, pero el despido tiende a estar relacionado con la desaparición de minas antitanque.
