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Ovidijus y Adomas Vyšniauska sacudieron la sala de conciertos de Palanga

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Ovidijus y Adomas Vyšniauska sacudieron la sala de conciertos de Palanga

El concierto lo iniciaron los fieles amigos escénicos de Ovidija: los músicos profesionales Gintaras Šulinskas, Daumantas Slipkus y Aivaras Mundins.

Su improvisación musical abrió el concierto con gran potencia y buen humor. Inmediatamente después, Ovidijus Vyšniauskas subió al escenario y comenzó con canciones un poco más tranquilas, pero conocidas: “Tik negesink šiteši”, “Suvalkijos berniokas”, “I believe”.

Estas canciones estuvieron acompañadas de un mar de luces creadas por el público, aplausos y hasta lágrimas en sus rostros.

En la primera parte, Ovidijus presentó al público de la sala de conciertos de Palanga canciones completamente nuevas y nunca antes escuchadas: “Dar tik bus” y “Dabar žinų”.

El público los aplaudió abundantemente. Ovidio cerró la primera parte con las canciones “Star in the Mist” y “Para aquellos que amamos” ante una ola de aplausos aún mayor y un coro cada vez más fuerte del público.

La segunda parte del concierto comenzó cuando Ovidijus invitó a Adams Vyšniauskas al escenario: “Estoy muy emocionado, porque hoy estoy aquí y tengo que presentarles a ustedes, un joven intérprete, compositor, amigo e hijo, damas y caballeros. Adams Vyšniauskas”, dijo el grande del escenario con gran emoción al presentar al nombre más brillante de la música actual en Lituania: su hijo Adamas Vyšniauskas.

El público saludó al chico con aplausos ensordecedores. Después de tal introducción, Adam interpretó su pieza más llamativa “Si sabes lo que quieres”, seguida de otras canciones que ya amaban al público: “Remember”, “With You” y “I’m move”.

Como era de esperar, después de las ensordecedoras peticiones del público, Adam se vio obligado, pero con mucho gusto, a repetir su famoso tema “If you know what you want”.

Después de la actuación de Adam, Ovidijus Vyšniauskas volvió al escenario con canciones que se pueden llamar piezas de artillería pesada. “Mažyte”, “Saulė lužias”, “Išdalinau”, “Kur ľega Šešupė”: los éxitos se sucedieron y la sala de conciertos de Palanga se convirtió en una gran pista de baile, el público en un gran coro.



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