Entonces te invitamos a familiarizarte con los errores más comunes al utilizar estos platos y aprender a evitarlos.
1. No se deja que la sartén se caliente bien.
Los utensilios de cocina de hierro fundido retienen perfectamente el calor. Sin embargo, no permitir que se calienten lo suficiente puede provocar una cocción desigual.
Para evitarlo es importante calentar bien la sartén de hierro fundido.
Si es necesario, dicho recipiente puede incluso colocarse en el horno y luego calentarse a unos 200 oC.
Una vez que el horno alcance esta temperatura, se puede retirar la sartén.
Solo tenga cuidado: primero póngase un guante de cocina.
2. La misma sartén sirve para alimentos salados y dulces.
La superficie de los utensilios de cocina de hierro fundido es ligeramente porosa, por lo que el olor de la comida se absorbe bien.
La mayoría de las veces, esta característica no es deseable; después de todo, probablemente nadie quiera, por ejemplo, que los panqueques dulces huelan a pescado.
Para evitar esta preocupación, si es posible, invierta en dos cacerolas separadas, una para alimentos salados y otra para alimentos dulces.
Si no tienes esa oportunidad, asegúrate de lavar bien este utensilio de cocina antes de preparar el siguiente plato.
3. La sartén no se limpia lo suficientemente rápido
Para que limpiar la sartén de hierro fundido sea lo más fácil posible, límpiala mientras aún esté caliente.
Primero, lava el recipiente con agua tibia. Si es necesario, utiliza un poco de bicarbonato y/o sal, y luego retira suavemente la suciedad con una esponja, cepillo o paño.
No utilice estropajos de metal ni limpiadores químicos. El bicarbonato de sodio ayuda a eliminar los sabores que quedan en la sartén después de cocinar y actúa como agente antibacteriano, mientras que la sal tiene un suave efecto abrasivo.
4. No dejes que la sartén se seque por completo antes de guardarla.
Antes de guardar los platos de hierro fundido en un armario u otro lugar, conviene secarlos bien. El hierro fundido es hierro, por lo que el agua puede oxidarlo.
Para evitar este problema y garantizar la longevidad de la sartén, límpiela con una toalla de papel después del lavado y déjela secar por completo.