Existe una hipótesis popular según la cual el beso surgió como una forma de fortalecer los vínculos sociales y aumentar la supervivencia de los individuos de un grupo.
Las investigaciones muestran que los parientes cercanos de los humanos, como los chimpancés y los bonobos, también exhiben comportamientos similares a los besos, lo que puede indicar antiguas raíces evolutivas de la práctica.
Los científicos de la Universidad de Warwick sugieren que los besos pueden haber evolucionado a partir del comportamiento de cortejo de los monos. Esta hipótesis, conocida como la “hipótesis del último beso del cuidador”, sugiere que este comportamiento puede haber evolucionado originalmente en comunidades humanas como una forma de fortalecer los vínculos sociales.
Existe otra teoría que relaciona los besos con el proceso de alimentación. En algunas culturas, las madres pasan la comida masticada a sus hijos de boca en boca. Esta práctica, llamada premasticación, puede haber sido la base para el surgimiento del beso como forma de expresar cuidado y afecto.
Además, algunos estudios sugieren que besar puede servir como una forma de evaluar la compatibilidad genética de la pareja a través de señales químicas transmitidas a través de la saliva. Esto apoya la idea de que besar puede ser importante no sólo como expresión de amor, sino también como una forma de seleccionar pareja.
También se cree que las tradiciones culturales tienen una influencia significativa en el desarrollo de formas y significados de los besos. Por ejemplo, en la antigua Roma existían diferentes tipos de besos, cada uno con un significado diferente: un beso en la mejilla, un beso en los labios sin matices sexuales y un beso erótico.
Hoy en día, los besos tienen diferentes significados según el país y la cultura: en algunos países, un beso en la mejilla es sólo un simple gesto de saludo, mientras que en otros puede expresar un profundo amor o respeto.
Fuente: cursorinfo.co.il