El poeta británico William Ernest Henley escribió la famosa frase: “Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma”. Estas líneas icónicas provienen de su poema clásico de 1875. Invictus. Como amputado, Henley se basó en su experiencia personal, infundiendo en el poema temas de resiliencia y fuerza interior frente a la adversidad, un reflejo de la sombría realidad que enfrentaban muchos amputados de la época, que a menudo sucumbían a la gangrena y la muerte.








