Era a mediados de noviembre cuando los 254 pasajeros del vuelo SK957 de Estocolmo a Miami experimentaron lo que los estudios de aviación muestran que ocurre 68.000 veces al año: “turbulencias de moderadas a severas o incluso más severas”. Pocas horas después del despegue, el Airbus A330, de 9 años de antigüedad, cae 2.500 metros sobre Groenlandia. Los vídeos muestran cómo objetos sueltos, como bebidas, son arrojados desde el carrito al techo de la cabina. Según su vecina, una mujer que no llevaba el cinturón de seguridad también se cayó de su asiento.