Rachael Gunn, conocida como Raygun, causó un bochorno memorable en los Juegos Olímpicos de París. Su actuación en la primera competición olímpica de breakdance valió cero punto cero puntos para los jueces. Saltó por el escenario olímpico como un canguro. Una actuación que se volvió viral. Ahora se puede decir: Se burló de sí misma. Pero eso es sólo la mitad de la historia. La pregunta lleva a la otra mitad de la verdad: ¿Cómo llegó ella, como diletante, al grupo de 16 mujeres a las que se les permitió empezar en París?