La jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, confirmó que la ciudad de Los Ángeles les había fallado a ella y a su departamento.
Cuando preguntó Cuando un periodista pensó que ella, su departamento de bomberos y la ciudad de Los Ángeles habían sido “fallados” por los funcionarios de la ciudad, Crowley inicialmente declaró que su “trabajo” como jefa era “levantarse” y decir exactamente “ lo que el departamento de bomberos necesita para operar”. Crowley luego admitió que la ciudad le había fallado a ella y al departamento de bomberos.
“¿La ciudad de Los Ángeles le falló a usted, a su departamento y a nuestra ciudad?” preguntó un periodista.
“Mi trabajo es levantarme como jefe y decir exactamente, con justificación, lo que el departamento de bomberos necesita operar para satisfacer las demandas de la comunidad”, dijo Crowley.
“¿Te fallaron?” preguntó de nuevo el periodista.
“Ese es nuestro trabajo y les digo que es por eso que estoy aquí”, respondió Crowley. “Entonces, consigamos lo que necesitamos para que nuestros bomberos puedan hacer su trabajo”.
Cuando se le preguntó nuevamente si la ciudad le había “fallado” a ella y a su departamento de bomberos, Crowley dijo: “Sí”.
En la misma entrevista, se le preguntó a Crowley sobre un informe desde New York Times que el embalse de Santa Ynez estaba fuera de línea cuando comenzaron los incendios forestales.
“Mi postura al respecto es que, cuando un bombero se acerca a una boca de riego, esperamos que haya agua”, respondió Crowley cuando se le preguntó sobre el AHORA informe. “No controlamos el suministro de agua. Nuestros bomberos están ahí para proteger vidas y propiedades y para asegurarse de que estemos capacitados y equipados adecuadamente. Esa es mi posición al respecto. Entonces, si no hay agua, no sé cómo llega el agua a los hidrantes”.
Crowley añadió que los bomberos eran resistentes y “encontrarían agua” si no la hubiera, y “encontrarían una manera de hacer lo mejor que pudieran con lo que tienen”.
En una entrevista reciente con CBS News, Crowley afirmó que los recortes al presupuesto del departamento de bomberos “daron como resultado que el departamento” recortara “deberes y responsabilidades no esenciales”. Crowley también admitió que debido a los recortes presupuestarios, se vieron “limitados a cierto favor” con respecto a su capacidad de responder a “eventos a gran escala”.