Empezaron a las cinco y media de la mañana. En la oscuridad. Su objetivo: cinco ascensiones y cinco pistas de esquí en la zona de Arlberg. Todo en una sola pieza, todo en un día, todo en terreno extremo. Recorrido de 29 kilómetros, 3000 metros de desnivel positivo. Un proyecto totalmente del gusto de Nadine Wallner. “Un esquiador de travesía clásico podría pensar: 29 kilómetros, 3.000 metros de altitud, eso es posible”, dice el austriaco de 35 años. “Pero un esquiador de travesía clásico no esquiará estas pistas”.