En el coche, los agentes se encontraron con los ataúdes en los que, según el hombre, había dos cadáveres. Como el francés no tenía los documentos de transporte necesarios, la policía hizo abrir los ataúdes en una funeraria. En su interior se encontraban bolsas de deporte que contenían un total de 250 kilogramos de cocaína con un valor en la calle de 13 millones de euros.
Según la policía, el hombre se dirigía de Francia a los Países Bajos sin saber el destino de su viaje. Se supone que se le debería haber dicho esto más tarde. El conductor fue detenido y la droga fue destruida.