Beim gemeinsamen weihnachtlichen Nüsseknacken wird schnell klar, dass dies nicht jedem Menschen gleich gut gelingt. Auch Schimpansen sind unterschiedlich effizient beim Knacken harter Schalen, wie ein Team um Sophie Berdugo von der Universität Oxford beobachtet und nun im Fachmagazin “Nature Human Behaviour“ beschrieben hat.
Schimpansen in einem Dorf in Guinea knackten in dem Experiment mit einem kleinen Steinhammer und -amboss die harten Schalen der Kerne von Ölpalmfrüchten. Ältere Schimpansen benötigten dabei mehr Schläge und Zeit als jüngere. Eine Rolle könnte dabei spielen, dass sie weniger Kraft haben und mehr Pausen brauchen, vermuten die Forscher. Allerdings waren auch gleichaltrige Tiere des gleichen Geschlechts nicht gleich erfolgreich, wenn sie versuchten, die Schalen zu zertrümmern.
Los chimpancés mayores tenían menos probabilidades de deslizar el objeto durante los intentos de romperlo y era menos probable que cambiaran de herramienta. Esto podría deberse a años de experiencia con su método de craqueo, escribe el equipo. Los chimpancés aprendieron a crackear de sus congéneres experimentados hasta que tenían unos diez u once años. Posteriormente, sus habilidades mejoraron cuando practicaron de forma independiente. Los biólogos todavía tienen que investigar por qué algunos animales abandonaron sus intentos de romper antes de descubrir la fruta.
Observaciones de 25 años.
En los bosques del pueblo de Bossou en Guinea, los chimpancés son una comunidad aislada. Una característica especial del estudio es su largo período de tiempo. Los investigadores evaluaron 832 horas de vídeos de 25 años con casi 4.000 acciones de craqueo. Observaron a 21 chimpancés de entre 6 y 60 años. Los investigadores proporcionaron a los chimpancés material procedente de la región para el experimento.
Los investigadores sospechan que el diferente uso de herramientas en un grupo también podría tener un impacto en la evolución. Posibles deficiencias en el suministro de nutrientes podrían provocar que algunas personas mueran antes.
