Schwarzer Rauch ist auf Videos über den Hausdächern von Dschenin zu sehen, Salven von Schüssen hallen durch die Gassen des Flüchtlingslagers. Bewohner berichteten am Wochenende von Szenen, wie sie immer wieder vorkommen in der Stadt im Norden des Westjordanlands. Der Unterschied ist: Dieses Mal ist es nicht die israelische Armee, die gegen bewaffnete Palästinenser dort vorgeht – es sind palästinensische Truppen.
Am Samstagmorgen rückten Sicherheitskräfte der Palästinensischen Autonomiebehörde (PA) in Teile des dicht besiedelten Lagers ein. Auf Videos von Überwachungskameras, die im Internet verbreitet wurden, waren vermummte, schwarz gekleidete Spezialkräfte zu sehen, die in Häuser eindrangen. Ein anderes Video zeigt ein brennendes Auto – es soll sich um ein mit einer Bombe präpariertes Fahrzeug handeln, das von Sicherheitskräften gesprengt worden sei.
Zuvor seien Versuche gescheitert, die Bewaffneten zum Aufgeben zu bewegen, hieß es in palästinensischen Berichten. Von mindestens zwei Todesopfern war die Rede, unter ihnen ein Kind; zudem habe es mehrere Verwundete gegeben.
En el campo de refugiados viven más de 24.000 personas que huyeron o fueron expulsadas de Israel en 1948. El distrito densamente urbanizado se considera un bastión de la resistencia armada contra la ocupación. Allí también se producen repetidamente ataques terroristas. Se supone que las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina deben impedir esto; también están trabajando con el ejército israelí para lograrlo. Esto los hace impopulares entre muchos palestinos.
Los civiles no se atreven a salir de sus hogares
En un comunicado, las fuerzas de seguridad intentaron disipar detalladamente la impresión de que la invasión estaba dirigida contra los residentes. Más bien, se trata de liberar el campo de refugiados, conocido “por su resiliencia, heroísmo y sacrificio”, “de las garras de infractores de la ley que han perturbado la vida cotidiana de los residentes y los han privado de su derecho a un acceso gratuito y seguro a los servicios públicos”. “. Al mismo tiempo, se tomaron todas las medidas necesarias para garantizar que los civiles no sufrieran la acción militar y que la vida cotidiana pudiera continuar.
Mientras tanto, los civiles informan que no han podido salir de sus hogares por temor a quedar atrapados en el fuego cruzado. “Ha habido disparos desde las cinco de la mañana”, informó el sábado por la tarde un residente del campamento a las FAZ. La situación era “de locura”, afirmó el joven. Por la noche, los residentes del campo se aventuraron a salir a las calles para protestar contra las acciones de las fuerzas de seguridad. Se dijo que no se vio gente armada, pero muchos de los manifestantes expresaron su solidaridad con ellos.
El domingo, muchas tiendas en Jenin cerraron después de que se convocara una huelga general. Sin embargo, los combates en el campo de refugiados continuaron. Fue incluso peor que el día anterior, dijo el residente del campo. Criticó a las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina por sus acciones imprudentes.
El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, afirmó el domingo que la agencia tuvo que suspender sus servicios en el campo por segundo día consecutivo. Los niños no pueden ir a la escuela y los residentes no pueden recibir atención médica, escribió en la plataforma X. Lazzarini exigió que todos los involucrados en los combates garanticen la seguridad de los civiles.
